lunes, 17 de agosto de 2009

Viaje de vuelta




Tras casi 2 horas en el transporte que nos vino a recoger, que no se hicieron muy pesadas, el conductor venga darnos conversación, en inglés por supuesto, o sea que yo ni papa pero bueno aproveche para hacer un poco de principe de Bell Air haciendo fotos por la ventanilla y eso.
Ahora a facturar y como siempre nos toco abrir maletas para redistribuir el peso, pero vamos que no se como pesan por que no me creo que 2 pares de bambas peses 3 kilos. Y corriendo al embarque porque aun no habíamos terminado de facturar que ya estaban haciendo el último llamamiento para nuestro vuelo. Nunca me había pasado pero esta vez pité, así que registro, y al pasar los equipajes mano, menos mal que Adán eligió pasar por donde controlaba uno que llevaba pulsera del FIB, así que mientras le decía: ¡eh, FIB!! pues no se fijó mucho lo que pesaba el bolso de Miguel Ángel. En la fila para embarcar en nuestro avión, el que llevaba cachirulo, ya era como estar en casa, ni fila ni nada, como para coger el 24, que si ay perdona, que si es que estaba mi marido, bueno lo dicho, como en casa.

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